Este conjunto de especies es bastante fácil de reconocer por su forma corporal relativamente cilíndrica y las antenas pediformes, especialmente en machos. Son animales tubícolas, filtradores, provistos de gnatópodos fuertemente setosos, para formar una «canasta filtradora» con la cual colectan partículas.
Hasta hace algunos años, la mayor parte de las especies estaba incluida en un único genero: Corophium; sin embargo, hoy en día se reconocen varios grupos diferentes. En general, las especies presentan una amplia distribución, lo que se relaciona con sus hábitos tubícolas, que facilitan su dispersión, al fijarse a estructuras flotantes e incluso a embarcaciones.
En Chile se conocen unas cuatro especies, todas seguramente introducidas.
A continuación, iremos agregando los detalles para cada una:
Monocorophium acherusicum (Costa) es una de las especies de Corophiini más comunes en Chile. Es una especie introducida y probablemente invasora, reportada hace poco para el país (Pérez-Schultheiss, 2009; Thiel e Hinojosa, 2009). Se reconoce como una especie del genero Monocorophium por el urosoma con los segmentos fusionados, pero con los urópodos insertos lateralmente. Dentro del género, la especie se caracteriza principalmente por el rostro pequeño (ver imagen abajo) y el dáctilo del gnatópodo 2 con dos dientes en el margen posterior.
CRUSTÁCEOS PERACÁRIDOS CHILENOS 